Un fuerte terremoto de magnitud 7.8 sacudió el lunes el centro de Turquía y el noroeste de Siria, causando en total más de 2.300 muertos y miles de heridos al derrumbarse edificios en toda la región. Los equipos de rescate continúan con la búsqueda de supervivientes entre los escombros.
Las cifras ofrecidas por la oficina de Gestión de Desastres y Emergencias turca (AFAD) elevó el balance de víctimas mortales a 1.498 y cifró en más de 5.000 los heridos en Turquía. Mientras que en Siria, devastada por 11 años de guerra, se calculan 810, según Afp. Como apuntaban hoy los Cascos Blancos, hay cifras de las áreas donde ellos operan que no han sido incluidas en los datos oficiales.
Se cree que centenares de personas siguen atrapadas. El epicentro del terremoto ha sido la ciudad de Gaziantep, la más afectada, y los temblores se han sentido hasta en Chipre.
Esta mañana el sureste de Turquía ha vuelto a ser sacudida por un temblor de magnitud 7,6, devastado ya por el sismo de esta madrugada de fuerza similar y decenas de réplicas de gran calibre, informó Efe. En esta ocasión el epicentro ha sido Elbistán.
Otro temblor de 4,5 sacudió Chipre, según el Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió esta mañana que el balance de víctimas aumentará mientras continúan las labores de rescate. Erdogan apuntó que alrededor de 45 países han ofrecido su ayuda. Las escuelas han suspendido las clases durante una semana en las áreas afectadas.
«Nos sacudió como una cuna. Éramos nueve en casa. Dos hijos míos siguen entre los escombros, los estoy esperando», decía una mujer con el brazo roto y heridas en la cara mientras hablaba en una ambulancia cerca de los restos del bloque de siete plantas donde vivía en Diyarbakir. «Nunca había sentido nada igual en los 40 años que llevo viviendo», dijo Erdem, un residente de la ciudad turca de Gaziantep, cerca del epicentro del terremoto, que no quiso dar su apellido. «Nos sacudió al menos tres veces con mucha fuerza».
Las autoridades turcas han enviado equipos de rescate y aviones de abastecimiento a la zona afectada, al tiempo que declaraban el «nivel 4 de alarma», que exige ayuda internacional. El balance provisional contabiliza también 1.710 edificios derrumbados en diez provincias del sureste de Anatolia, con las localidades de Gaziantep y Kahramanmaras como las más gravemente afectadas.
El presidente Erdogan habló por teléfono con los gobernadores de ocho provincias afectadas para recabar información sobre la situación y las labores de rescate, según informó su oficina en un comunicado.
Imágenes de la ciudad fronteriza siria de Azaz -una zona controlada por las fuerzas de la oposición- mostraron a un trabajador de rescate sacando a un niño pequeño de un edificio dañado. «La situación es muy trágica, decenas de edificios se han derrumbado en la ciudad de Salqin», dijo un miembro de la organización de rescate Cascos Blancos en un clip de vídeo en Twitter, refiriéndose a otra ciudad a unos 5 kilómetros (3 millas) de la frontera turca. Las casas estaban «totalmente destruidas», dijo el rescatador en el clip, que mostraba una calle sembrada de escombros.
PLAN DE EMERGENCIA NACIONAL EN SIRIA
El Gobierno de Siria ordenó la puesta en marcha de un «plan de emergencia nacional». Durante un encuentro encabezado por el presidente del país, Bashar Asad, el Consejo de Ministros ordenó establecer un centro de operaciones con sede en Damasco para coordinar la respuesta al desastre y movilizar a «todos» los equipos sanitarios, de la Defensa Civil y de bomberos, informó la Presidencia siria en un comunicado.
El Ejecutivo también decidió poner «en estado de alerta» al personal médico afiliado a los ministerios de Defensa y Educación Superior, además de a los sanitarios que trabajan para el departamento de Salud, para tratar a los centenares de heridos, según la nota. Asimismo, las autoridades sirias habilitarán albergues para acoger y alimentar a las personas cuyas viviendas se han derrumbado o han sufrido daños severos a causa del terremoto, inmuebles que a su vez serán inspeccionados por expertos para determinar si son seguros o no.
La televisión estatal siria mostró imágenes de los equipos de rescate buscando supervivientes bajo una intensa lluvia y aguanieve. Las autoridades sanitarias instaron a la población a ayudar a trasladar a los heridos a los servicios de urgencias. «Siguen llegando heridos en oleadas», dijo a Reuters por teléfono el director de Sanidad de Alepo, Ziad Hage Taha.
La archidiócesis ortodoxa griega de Alepo publicó fotografías de bloques de piedra que se habían desplomado sobre su entresuelo.
En las zonas rurales cercanas, los equipos de rescate sacaron a un bebé ensangrentado y llorando de un edificio derrumbado, mientras que, en la ciudad de Azaz, una grúa levantaba losas de hormigón mientras los equipos de rescate se llevaban un cadáver envuelto en una sábana. Muchos edificios de la región ya habían sufrido daños en los combates de los casi 12 años de guerra civil.
Los habitantes de Damasco y de las ciudades libanesas de Beirut y Trípoli salieron corriendo a la calle y se subieron a sus coches para alejarse de sus edificios en caso de que se derrumbaran, según testigos.
El Centro Sismológico Nacional sirio informó de que una réplica de 4,6 grados sacudió el norte del país horas después del devastador terremoto con epicentro en Turquía .
AYUDA INTERNACIONAL
Estados Unidos se ha mostrado «profundamente preocupado» por el terremoto en Turquía y Siria y seguía de cerca los acontecimientos, dijo en Twitter el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. El secretario de Estado, Antony Blinken, ha anunciado que la ayuda estadounidense «está en camino».
El Servicio Geológico de Estados Unidos informó de que el seísmo, de magnitud 7,8, se produjo a una profundidad de 17,9 kilómetros. Informó de una serie de seísmos, uno de ellos de magnitud 6,7. La región se extiende a lo largo de fallas sísmicas.
Por su parte, Rusia ha preparado dos aviones Il-76 para transportar rescatistas rusos a Turquía para que puedan asistir a este país en las tareas de búsqueda y rescate de las víctimas. «Dos aviones Il-76 del Ministerio de Emergencias de Rusia con rescatistas a bordo están listos para volar a Turquía», señaló la cartera dirigida por Alexandr Kurenkov en su canal de Telegram. Los preparativos para asistir a Turquía se producen después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, ofreciera a su homólogo turco «la ayuda necesaria» para paliar los efectos del terremoto.
La Unión Europea también anunció este lunes el envío de equipos de socorristas y ya prepara más ayuda para Turquía tras el fuerte terremoto, según el comisario de Gestión de Crisis del ejecutivo de la UE. «Equipos de Países Bajos y Rumanía ya están en camino», dijo el comisario Janez Lenarcic en Twitter. Lenarcic añadió que la UE activó su Mecanismo de Protección Civil para responder al terremoto. Varios gobiernos de la UE también ofrecieron asistencia, entre ellos Francia y Alemania. Bélgica, Polonia, España y Finlandia también dijeron estar listo para desplegar equipos de rescate y brindar ayuda.
El Gobierno español ha activado el envío de ayuda urgente a Turquía y Siria para participar en las tareas de búsqueda y rescate de víctimas. Así lo ha avanzado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un mensaje en redes sociales, en el que ha expresado su solidaridad con sendos países «ante uno de los mayores terremotos de su historia».
También se sintieron temblores en la capital turca, Ankara, 460 kilómetros al noroeste del epicentro, y en Chipre, donde la policía no informó de daños.
«El terremoto se ha producido en una región que temíamos. Hay graves daños generalizados», declaró a Haberturk Kerem Kinik, jefe de la agencia de ayuda de la Media Luna Roja turca, que hizo un llamamiento a la donación de sangre.
Turquía es uno de los países del mundo más propensos a los terremotos. Más de 17.000 personas murieron en 1999 cuando un seísmo de magnitud 7,6 sacudió Izmit, ciudad situada al sureste de Estambul. En 2011, un seísmo en la ciudad oriental de Van causó más de 500 muertos.
Fuente: Agencias